Paz con la Madre Tierra
El hombre es hijo de la Madre Tierra, recibe de ella todo su cuerpo.
“El hombre es hijo de la Madre Tierra, recibe todo su cuerpo de ella. Así como el cuerpo de un recién nacido sale del vientre de su madre, así vosotros sois Uno con vuestra Madre Tierra. Ella también está en vosotros y vosotros en ella. Ella os dio a luz, en ella vivís y volveréis a ella de nuevo. Por tanto obedeced sus leyes, porque ningún hombre puede vivir ni ser feliz por mucho tiempo si no honra a su Madre Tierra y obedece sus leyes. Porque vuestro aliento es su aliento, tu sangre es su sangre, tus huesos son sus huesos, tu carne es su carne, tus ojos y oídos son sus ojos y oídos, nuestra Madre Tierra, siempre nos tiene entre sus brazos, siempre nos rodea con su belleza, podemos nunca nos separaremos de ella, nunca podremos conocer sus profundidades".
– del libro "De los Pergaminos Perdidos de los Ensayistas, Libro 3", EB Székely –
Así describieron acertadamente los esenios la unidad con la Madre Tierra como el principio femenino de Dios. Esto es impresionante por dos motivos: no solo conocían este principio como una adición al aspecto paternal de Dios, algo que se niega en muchas religiones hasta el día de hoy. Además, muestran claramente cuán importante es para nosotros los humanos vivir esta unidad con este aspecto femenino de Dios con la Madre Tierra. Al trabajar diariamente con los ángeles de la Madre Tierra durante la semana - con el Ángel de la Tierra, el Ángel de la Vida, el Ángel de la Alegría, el Ángel del Sol, el Ángel del Agua y el Ángel del Aire - aprendieron a percibir y profundizar estas leyes de la Madre Tierra. Estar en paz con la Madre Tierra significa que soy consciente de que mi cuerpo es una parte de ella. Así es como aprendemos a tratar automáticamente y con moderación también los recursos naturales, como el agua, los alimentos, el aire, etc. También aprendemos a encontrarnos con nosotros mismos y aplicar la cantidad adecuada de actividad y descanso. Saber que todo lo que hago, como parte de la Madre Tierra, tiene un impacto en el sistema global de la Tierra en un sentido negativo pero también positivo. Por lo tanto, cada uno de nosotros puede, con nuestro propio ejemplo, a través de nuestra vida en armonía con la Madre Tierra, contribuir en gran parte a la sanación de la Tierra.